La enfermedad renal crónica (ERC) es una situación de alto riesgo nutricional muy prevalente en el ámbito hospitalario. En el estudio aleatorizado, controlado y multicéntrico EFFORT se mostraron beneficios -incluso en mortalidad- en pacientes hospitalizados que recibieron  soporte nutricional individualizado (SNI) frente a cuidados estándares. En este subanálisis del estudio EFFORT, que incluyó a 1943 pacientes con fallo renal al ingreso (FRI) , se evidenció que en el grupo de pacientes con FRI que recibieron SNI, frente a los que recibieron cuidados estándares, hubo menos mortalidad a los 30 días.  Los autores concluyen que la FRI en hospitalizados es un fuerte predictor de respuesta a la terapia nutricional dado que su valoración identificaría a un grupo de pacientes desnutridos, o en riesgo de desnutrición, que se beneficiaran especialmente de un SNI.

Estudio de una cohorte retrospectiva de 88 pacientes, con enfermedad de Crohn hospitalizados, en los que se valoró la relación entre resultados adversos clínicos y la presencia de  sarcopenia y adiposidad visceral, medidas mediante tomografía axial computerizada abdominal.  Los autores concluyen que la presencia de sarcopenia y obesidad visceral en estos pacientes se relaciona con más eventos adversos, como son abscesos abdominales y mayor necesidad de cirugía digestiva.

Estudio realizado en una cohorte de 216 pacientes en hemodiálisis a los que se aplicó el MNA en su versión corta. El riesgo de muerte a dos años se multiplica por 2,5 en los pacientes en riesgo nutricional y por 3,9 en los pacientes desnutridos, respecto los que tienen un estado nutricional normal según el MNA. Concluyen que el MNA-SF puede aplicarse en esta población como herramienta de cribado nutricional.

Ensayo clínico en el que los autores demuestran que una actuación nutricional individualizada en pacientes con ictus en riesgo nutricional se relaciona con un mejor pronóstico funcional en términos de independencia y capacidades motoras, sin cambios en el estatus cognitivo.

Estudio cruzado doble ciego en 8 pacientes con ileostomía a quienes se les administró 800 ml diarios de un suplemento nutricional isoosmolar (279 mOsm/kg) y otro hiperosmolar (681 mOsm/kg) en cada una de las dos fases del estudio. Se vio que no se modificaba el débito por la ileostomía pero que el suplemento isoosmolar mejoraba la diuresis (470 ml/día) y la natriuresis (36 mEq/día). en cada una de las dos fases del estudio. Se vio que no se modificaba el débito por la ileostomía pero que el suplemento isoosmolar mejoraba la diuresis (470 ml/día) y la natriuresis (36 mEq/día).